La ciberseguridad cibernética es cada vez más amenazada en las empresas. Los ataques se están produciendo con un ritmo acelerado, y esto es algo que naturalmente preocupa a los implicados por los riesgos que conlleva.
Si se considera que mientras más grande sea el negocio, mayores serán las probabilidades de los ataques, es necesario un resguardo sólido. Aun así, las pequeñas y medianas empresas no escapan de esta afirmación. Ninguna empresa es inmune a un ataque a nivel informático. Por lo que las preocupaciones con respecto al tema no paran de crecer tampoco.
Con respecto a esto el primer informe por parte del Foro Económico Mundial sobre las consecuencias e impacto del Covid-19, mostró como estas son ascendentes. Como una muestra, aproximadamente el 50% de los profesionales y empresarios afirmó que uno de los desafíos de su gestión recae en el robo de información.
La razón de ello está en que los cambios de modelos han impactado en el modo operar de los negocios. El Coronavirus ha generado cambios drásticos en la economía y este aspecto no es la excepción.
El incremento del trabajo remoto y sus consecuencias
Uno de los mayores factores de riesgo en la cibernética está en el aumento y establecimiento de los oficios remotos. Las empresas optaron por asignar a sus empleados a trabajos a distancia, que se volvieron permanentes en el transcurso del 2020.
Con ello las reuniones virtuales, y uso de la nube, rediseñó el concepto de oficina. Estas oficinas virtuales aunque eficientes para superar locaciones, representan riesgos de seguridad que no se tendrían en relación a las oficinas físicas.
Lo cual ha creado una presión adicional en los estándares de seguridad. El teletrabajo requiere de un monitoreo constante y de nuevas medidas de seguridad para optimizar su rendimiento. También las políticas necesitan ser revisadas para que los modelos digitales puedan ser más eficientes.
A continuación otros factores a estudiar:
· Aumento de las amenazas de ingeniería social:
Los malware y más amenazas como phishing y ransomware comenzaron a ser usados con mayor recurrencia desde que el primer caso de la pandemia fue dado a conocer. El gran flujo de información conllevó a que este fuese más intenso y complejo, y un canal ideal para que los delincuentes cibernéticos accediesen a información personal.
· Un terreno más amplio de desarrollo:
Así como el flujo de información creció, lo hizo al mismo tiempo el terreno propicio para que los delincuentes cibernéticos atacasen sin parar. Los accesos remotos que las empresas establecieron con su fuerza laboral contribuyeron a todo ello. Por ejemplo, las computadoras usadas por los colaboradores son un punto débil de acceso, porque estos no tienen los controles necesarios o en muchos casos, ni siquiera la seguridad adecuada para su resguardo.
De acuerdo a Check Point, tan solo en mayo de este año fueron reportados un aproximado de unos 200 mil casos de ataques cibernéticos. Todos ellos con una relación con el Covid 19.
· Una tecnología dependiente de manos inexpertas:
Y para finalizar, uno de los factores más resaltantes se refiere a que los empleados desde sus hogares son los encargados de la seguridad de datos confidenciales de la empresa. Por igual de la tecnología manejada y de su seguridad.
Acontece que los trabajadores no están capacitados para esta clase de aspecto, pero la solución está en capacitar al personal para un afrontamiento al nivel esperado. Es tiempo de que las organizaciones valoren capacitar a su fuerza laboral. De este modo todos los involucrados, empleados y empleadores no serán fáciles de engañar, o se convertirán en el eslabón débil de la empresas.